Lo que significa el día
de hoy para los que un día fuimos pregoneros.
27
de noviembre del 2013. Suena el
despertador. Como ya es habitual, me despierto en otro lugar completamente
diferente a aquella pequeña ciudad en la que crecí. Miro el calendario y sonrío
para mis adentros. Enciendo la radio y el locutor vuelve a recordar que día es.
Siento nostalgia. Sé que cuando salga a
la calle no haré aquel trayecto tan concurrido de casa al colegio que realicé cada
mañana durante tantos años. Hemos crecido, todos llevamos vidas
completamente diferentes, ya no nos vemos cada día , ni tenemos aquellas luchas
diarias con nosotros mismos pensando en que nos depararía el futuro cuando
terminásemos el colegio, porque aquel futuro que parecía que no iba a llegar nunca,
es ahora nuestro presente.
Han
pasado ya 5 años desde que fuimos aquellos locos bajitos protagonistas de su
fiesta. Sin embargo cierro los ojos y vuelvo a nuestros 15, a nuestros 16,
vuelvo a vernos dar saltos sobre el escenario,
subiendo y bajando la rampa del salón de actos… Vuelvo a vernos recopilando
fotografías, cortando música y ensayando en cualquier esquina del patio. Creo
que todavía puedo escuchar las quejas de nuestras madres porque en casa no
había otro tema de conversación. Sonrío al recordar a nuestros profesores,
siempre atentos para que todo saliese perfecto, luchando a nuestro lado y
compartiendo momentos. Pienso en aquella pequeña revuelta que surgió tras la
propuesta de tema que sin embargo terminó sacando lo mejor de nosotros mismos.
Y
es que, paseo por mi nuevo barrio y sé que ya no pasaré por la verja del
colegio ni veré sus globos colgando de las ventanas, ni los banderines de
colores que tanto me gustaban, esos que cada año nos recordaban que nuestras
fiestas habían llegado. Pienso en nuestros vestidos, guardados en algún armario
junto con el resto de recuerdos que dejamos antes de marcharnos, pienso en el
plástico del gimnasio, los nervios previos y
en como sonó aquella canción de “Revolución” de Amaral que hizo
temblar el escenario durante una milésima de segundo.
Cerrad
los ojos, puede que para algunos hayan
pasado seis, siete, ocho, o incluso más
de diez años, eso es lo de menos. Ahora pensad, ¿qué alumno que haya pasado por
la Milagrosa no siente esto cada 27 de noviembre?
Recuerdo
a mis compañeros, a mis amigos, les echo de menos. Hoy volvería con ellos, a
nuestra Milagrosa, a nuestro escenario, a nuestro pregón. Hoy, aunque solo
fuese por un momento, volvería al 2008.
Estoy
segura de una cosa, las generaciones van pasando, pero el escenario siempre es el mismo. Y este
escenario guarda en su memoria grandes batallas, sueños ilusiones, triunfos…
Hoy
recuerdo con cariño a mi 93. Todo esto lo vivimos juntos. Y os invito a que aunque
estéis lejos, cada 27 de noviembre, sonriáis, recordéis o incluso derraméis
alguna lagrimilla. Porque por mucho que hayan pasado los años, seguirá siendo
nuestro día.
Laura Pérez Arias
Gracias por tu artículo.
ResponderEliminarSe os echa de menos. Un beso
Sencillamente precioso.
ResponderEliminarBesos, Santiago Durán.
Precioso artículo, Laura!!!
ResponderEliminarUn besazo de tu profe que sintió cada frase que escribiste.
Gracias!