A principios
de curso tuve la gran fortuna de recibir
en mi lugar de trabajo a un personaje ilustre.
Poco conocía
de su obra, pues se ha caracterizado siempre por su humildad y modestia
¡Cómo podía
yo imaginar que tras ese aspecto humilde había una gran persona !
Quedé
impresionada por su legado. Charlamos
durante horas, y esa primera visita se convertiría en una cita casi semanal en
la que siempre estarían presentes los pobres. Para él son personas, para mí
también pero yo no lo veía así…
Vicente los
llamaba “maestros de la vida “.Esas personas que viven por el mundo
ingeniándoselas ,que hacen casi milagros con la comida,
tienen el valor de pedir limosnas cosa que a otros les daría vergüenza.
San Vicente
me ha hecho reflexionar… Yo veo que él
les da comida, les busca trabajo, les ayuda…
He aprendido
que la vida es un lugar de aprendizaje, he comprendido así por qué los pobres
son maestros. Gracias a este encuentro pude empezar con ganas el curso 2015-2016.
Muchas gracias Vicente por compartir un pequeño pedacito de vida conmigo.
Patricia. Mini Punto y aparte
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