Y allí estaba ella, inconsciente en la orilla del río, húmeda sin nadie a
su alrededor que la pudiera sacar de allí. Pasaron las horas hasta que
fue oscureciendo. En ese momento, el momento justo para que la luna
estuviera totalmente centrada con respecto a todos los horizontes que
rodeaban a la chica, despertó. Abrió los ojos pestañeando, frunciendo
las dejas, sin tener ni idea de quien era´ni de qué hacía allí.
Pasaron los días y empezó a vivir cual oso solitario, vio que los
salmones subían así que se colocaba todos los mediodías en una zuda para
cazarlos, claro que ni siquiera sabía lo que estaba comiendo. Bebía
agua del río filtrándola por una red que encontró aunque así tampoco era
del todo potable. La ropa la empezó a hacer tejiendo ramitas, era como
un sombrero de paja pero en vestido.
Un día un joven que andaba pescando por allí la vio, era tan extraño que vistiera así que le preguntó que quién era, ella dijo que recordaba hablar pero nada más, ni su nombre, ni su familia, ni de donde era. El joven, llamado Ismael, pretendía cogerle la mano pero cuando la tocó estaba congelada, era lo más frío que había tocado en su vida. Ismael la llevó al hospital donde la cuidaron a tendieron pero no tenía nada por lo que pudiera estar tan fría.

Una noche la encontró sentada en la ventana mirándose un tatuaje que brillaba, lo extraño es que el juraría que ese tatuaje era de una luna llena pero ese día era una luna creciente exactamente igual que la que resplandecía en el cielo, el creyó que fue una confusión pero siguió fijándose noche tras noche observando como la luna y el tatuaje cambiaban a la vez y brillaban con la misma intensidad.
Ya hacía cincuenta y seis días desde Luna apareció, es decir, dos lunas. Esa noche de luna llena cuando Luna estaba en la ventana y Ismael llegó su tatuaje empezó a brillar con tanta fuerza que le deslumbró, cuando pudo abrir los ojos lo único que había era restos de polvos brillantes que se iban desvaneciendo en dirección a luna. Ismael comprendió todo, ella era la hija de luna y ese era su destino.
Cuando Ismael quiso contar esta historia nadie le creyó, pensaron que habían tenido una discusión que acabó en desgracia, ya que la chica había vivido gratis todo su tiempo allí, y también pensaron que luego él se ocupó de ocultar todo, así que el chco fue encarcelado poco tiempo por falta de pruevas y nadie volvió a hablarle por lo que supuestamente había hecho. Así que el vivió en solitario pero todas las lunas llenas daba gracias a Luna por haberle hecho ver la pureza en persona.
Silvia González Franco. 2° A
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