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8 de noviembre de 2015

minipuntoyaparte: "La realidad del sueño"

Todos sabemos lo que se hace el Día de Todos los Santos; niños disfrazados de monstruos que salen a la calle pidiendo golosinas casa por casa. Pero, ¿alguien conoce la verdadera historia del Día de Todos los Santos? En la que monstruos y espíritus salen a la calle camuflándose entre los niños; al final de la noche deberán volver de donde vinieron, volverán a la casa Trilbania, en la que no hace mucho se mudaron un padre y su hija ignorando los murmullos y leyendas que los vecinos les contaban.

  Es por la mañana el día antes de Todos los Santos y el señor McCarnie está en su casa junto a su hija Kate. Su madre murió cuando ella tenía tres años. Kate tiene 16 años, su padre es 30 años mayor que ella; la relación entre Kate y su padre es muy buena, están muy unidos y se lo pasan muy bien juntos, aunque para Kate crecer sin una madre es muy duro, la extraña mucho. Se acaban de mudar a Canadá, a una vieja casa en la que, según dicen, viven fantasmas y monstruos que sólo salen el Día de Todos los Santos; ellos piensan: "es una tontería, eso no existe". Kate y su padre están decorando la casa para mañana, el día en el que se disfrazarán y disfrutaran como niños pequeños como hacen siempre sin importar los años que pasen.

  A la mañana siguiente Kate se levantó temprano quería prepararle algo especial a su padre para desayunar; se siente rara mientras lo prepara como si la observaran todo el rato, "que raro" piensa, aunque lo deja pasar. Cuando termina lo pone todo en una bandeja y se lo sube a la habitación. Ya en la habitación despierta a su padre y él le da un beso en la frente como saludo. Después de desayunar deciden ir a comprar los disfraces para esta noche, Kate irá de vampiresa y su padre de Drácula. Ya comprados los disfraces después de unas horas mirando varias tiendas se dirigen a casa para prepararse.
- Kate, cuando estés lista baja abajo yo ya estaré allí, con lo que tardas me quedaré dormido esperando- dice su padre riendo, y acto seguido corre a arriba antes de que Kate le diga algo pues sabe que su hija tiene mucho carácter. Kate lo fulmina con la mirado cuando termina de hablar, ve a su padre subir las escaleras y cuando oye que la puerta de su habitación se cierra, se ríe y sube las escaleras directa a su habitación " me espera una gran noche " susurra para sí misma mientras niega con la cabeza y se tumba en la cama, dispuesta en un rato a prepararse.
  Ya preparados para salir atraviesan la puerta y se dirigen hacia la primera casa. A mitad de camino Kate se da cuenta de que ha olvidado el bolso en casa.
- Papá, vuelvo a casa que se me ha olvidado el bolso, ahora te alcanzo.-
  Avisa Kate a su padre y acto seguido da media vuelta hacia casa. Está a punto de llegar a casa y se da cuenta de que la luz de una habitación está encendida; se detiene y observaba como la silueta de una mujer se mueve en el interior " qué extraño... " piensa Kate asustada. Entra sigilosamente a la casa y empieza a subir las escaleras hacia la habitación, se oyen murmullos cada vez más cerca; se detiene frente a la puerta y cuando va a abrir alguien se le adelanta, levanta la vista temerosa y ahoga un grito cuando se da cuenta de lo que ve, un fantasma que la mira intimidante.
- ¿Qué pasa John?- pregunta una voz desde dentro. Aquella voz le era muy conocida.
- Tenemos una invitada- dice éste mirando a Kate con una sonrisa a Kate que hace que un escalofrío recorra su cuerpo. John (el fantasma que aparenta ser un hombre de 40 años pero tiene cicatrices y varias heridas) coge a Kate del brazo y a la fuerza la mete dentro de la habitación, ella se resiste pero ve que es imposible, cuando presta atención se da cuenta de que están en la habitación de invitados y allí dentro hay todo tipo de seres que la miran con curiosidad.
- Bienvenida- dice una mujer detrás de ella. Se da la vuelta y se queda helada con lo que ve.
- Mamá...- dice en un susurro mientras las lágrimas se acumulan en sus ojos. Su madre está pálida, muy pálida y tiene una mirada fría. La mujer se acerca más rápido de lo normal a ella y la coge del cuello, Kate está petrificada, es su madre porque iba hacerle daño.
- No se de que me conoces, ¡pero no soy tu madre! Yo no tengo hijas- dice la mujer duramente mientras ejerce más fuerza en su cuello. Kate casi no puede respirar, los demás presentes observan atentamente lo que ocurre sin hacer ningún movimiento. Un ruido proveniente de la planta de abajo hace que la mujer suelte su agarre y se centre en saber quién ha entrado en la casa.
- ¡Kate! Soy papá, ¿estás ya preparada?
Cuando Kate oye la voz de su padre abre los ojos y se da cuenta de que todo ha sido un mal sueño.

Relato escrito por Mónica Vicente, de 2º C ESO. Publicado en minipuntoyaparte

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